Lis Vega no pudo soportar los privilegios que recibía Malillany Marín en “Que rico mambo”, de manera que mostró la peor faceta de su carácter y eso le costó el empleo: el productor ya no toleró sus desplantes y prefirió prescindir de sus servicios.
“La verdad es que siempre hubo problemas con ella, solo que los tratábamos de sobrellevar por el bien de la puesta en escena, pero el martes pasado (17 de marzo), en Sinaloa, la cosa se puso realmente pesada”.
Contó que Vega quería el camerino asignado a Marín. Varias personas le pidieron que saliera porque la protagonista estaba por llegar pero ella las despidió a gritos y con insultos y aseguró que no se movería de allí porque estaba cansada de que todo fuera para su compatriota. “¡Ya no lo voy a permitir!”, exclamó, furiosa.
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